EL HIJO DE LA LAVANDERA


Al hijo de la lavandera le tiraban piedras los niños del administrador porque iba siempre cargado con un balde lleno de ropa, detrás de la gorda que era su madre, camino de los lavaderos. Los niños del administrador silbaban cuando pasaba, y se reían mucho viendo sus piernas, que parecían dos estaquitas secas, de esas que se parten con el calor, dando un chasquido. Al niño de la lavandera daban ganas de abrirle la cabeza pelada, como un melón-cepillo, a pedradas; la cabeza alargada y gris, con costurones, la cabeza idiota, que daba tanta rabia. Al niño de la lavandera un día le bañó su madre en el barreño, y le puso jabón en la cabeza rapada, cabeza-sandía, cabeza-pedrusco, cabeza-cabezón-cabezota, que había que partírsela de una vez. Y la gorda le dio un beso en la monda lironda cabezorra, y allí donde el beso, a pedrada limpia le sacaron sangre los hijos del administrador, esperándole escondidos, detrás de las zarzamoras florecidas.
Ana Maria Matute. Los niños tontos. Ed. MediaVaca

Ens ha emocionat aquest text d’Ana Maria Matute rellegit  després de molts anys. Veure i escoltar a una senyora de més de 80 anys (rescatada de molts naufragis com tots els que arriben a més de 80 anys) que elegantment reivindica la literatura infantil i  els contes davant de MAJESTADES i AUTORIDADES ens fa tornar a emocionar-nos.

Ens ha emocionat el seu discurs en rebre el Premi Cervantes.“El que no inventa no vive”, és un dels millors resums de la literatura i de l’art que hem escoltat mai. Us oferim el discurs íntegre en pdf
Link discurs en pdf a elpais.com: http://www.elpais.com/articulo/cultura/Ana/Maria/Matute/inventa/vive/elpepucul/20110427elpepucul_3/Tes

 

 

 

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